Tendré que ir con pies de plomo con la señorita Barron. No porque haya nada deshonesto en ella, sino porque tiene la curiosidad insaciable de los buenos periodistas y una manera de examinar las cosas que es peor que lo que uno suele encontrar en los juzgados. He sido testigo pericial en muchas ocasiones (…) y sé cómo les gusta a los abogados ser sutiles, incluso cuando no están dotados para ello. Pero los periodistas como Esme no son sutiles; hacen preguntas directas, improcedentes y desconcertantes; enseguida se dan cuenta de una evasiva. Insisten sobre el tema que estás deseando dejar de lado; son implacables y, si no contestas a una pregunta, te dan a entender que tratas de engañarlos.
Jonathan Hullah, en Robertson Davies, El hombre astuto.
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