En cierta ocasión [1970], con toda la desfachatez del mundo, nombraron delegado nacional de Deportes al gerente del Barcelona, a Juan Gich, y eso me indignó aún más cuando me denegaron lo de la Torre [Blanca] del estadio [1973]. Aproveché una asamblea del Club –lo del Club ponlo con mayúscula, no se te olvide– para poner a parir al ministro de turno y a la madre que le parió y, de paso, me hinché a decir barbaridades contra el régimen. (…) Estaba hasta los huevos de tanto favoritismo con los azulgrana, a los que la DND [Delegación Nacional de Deportes] ya les había construido [1971] un palacio de hielo, para que patinaran.
Santiago Bernabéu a Martín Semprún; en Martín Semprún, Santiago Bernabéu. «La Causa», Ediciones B, Barcelona, 1994, p. 40.
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