Lenin también. Lenin Primero

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Lenin y el Gulag

Además del sistema de rehenes, los dirigentes bolcheviques experimentaron en agosto de 1918 con otro instrumento de represión aparecido en la Rusia de guerra: el campo de concentración. El 9 de agosto Lenin telegrafió al comité ejecutivo de la provincia de Penza para [que recluyera] «a los kulaks, a los sacerdotes, a los guardias blancos y a otros elementos dudosos en un campo de concentración». […] Uno de los primeros decretos del nuevo comisario del pueblo para el Interior se ocupó de las modalidades de organización de los campos de reclusión, que existían desde el verano de 1918 sin la menor base legal o reglamentaria. El decreto de 15 de abril de 1919 distinguía dos tipos de campos de reclusión: los «campos de trabajo forzado», donde estaban, en principio, confinados aquellos que habían sido condenados por un tribunal, y los «campos de concentración», que reagrupaban a las personas encarceladas, por regla general en calidad de «rehenes», en virtud de una simple medida administrativa. En realidad, las distinciones entre estos dos tipos de campos (…) siguieron siendo fundamentalmente teóricas, como deja de manifiesto la instrucción complementaria de 17 de mayo de 1919, que, además de la creación de «al menos un campo de reclusión en cada provincia, de una capacidad mínima para trescientas personas», preveía una lista tipo de dieciséis categorías de personas a las que había que internar. Entre éstas figuraban contingentes tan diversos como «rehenes procedentes de la alta burguesía», funcionarios del antiguo régimen hasta el grado de asesor, fiscal y sus adjuntos, alcaldes «de las ciudades que tuvieran rango de cabeza de partidos», «personas condenadas bajo el régimen soviético a todo tipo de penas por delitos de parasitismo, proxenetismo, prostitución», «desertores ordinarios (no reincidentes) y soldados prisioneros de la guerra civil», etc.

El número de personas internadas en los campos de trabajo o de concentración experimentó un aumento constante durante los años 1919-1921, pasando de aproximadamente 16.000 en mayo de 1919 a más de 70.000 en septiembre de 1921. Estas cifras no tienen en cuenta numerosos campos de reclusión abiertos en las regiones que se habían sublevado contra el poder soviético; así, solamente en la provincia de Tambov [había], en el verano de 1921, (…) al menos 50.000 «bandidos» y «miembros de las familias de los bandidos capturados como rehenes» en los siete campos de concentración abiertos por las autoridades encargadas de la represión de la sublevación campesina.

VVAA, El libro negro del comunismo, Espasa-Planeta, Barcelona, 1998, pp. 90, 98 y 99.

Según Anne Aplebaum (Gulag, Debolsillo, Barcelona, 2005, p. 20), en 1921 ya había 84 campos en 43 provincias.

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Lenin y el genocidio. El caso de los cosacos

Desde 1920, la descosaquización encaja ampliamente en la definición de genocidio, el conjunto de una población con una implantación territorial fuertemente determinada, los cosacos, fue exterminado por su condición de tal. Los hombres fueron fusilados, y las mujeres, los niños y los ancianos, deportados, las poblaciones arrasadas o entregadas a nuevos ocupantes no cosacos. Lenin asimilaba a los cosacos [a] la Vendéé durante la Revolución Francesa, y deseaba aplicarles el tratamiento que Gracchus Babeuf, el inventor del comunismo moderno, calificaba desde 1795 de «populicidio».

[…]

Las regiones cosacas del Don y de Kubán pagaron un pesado tributo por su oposición a los bolcheviques. Según las estimaciones más fiables, entre 300.000 y 500.000 personas fueron muertas o deportadas en 1919-1920, sobre una población total que no superaba los 3.000.000 de personas.

(VVAA, ob. cit. pp. 22, 23 y 123).

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Lenin y los intelectuales

Una de las disposiciones inéditas del nuevo Código Penal era el destierro a perpetuidad, con la prohibición aneja de regresar a la URSS bajo pena de ejecución inmediata. Entró en vigor en el otoño de 1922, en el curso de una gran operación de expulsión que golpeó a cerca de doscientos intelectuales de renombre de los que se sospechaba (…) se oponían al bolchevismo. Entre estos figuraban en primer lugar todos aquellos que habían participado en el comité social de lucha contra el hambre, disuelto el 27 de julio de 1921.

El 20 de mayo de 1922 Lenin expuso, en una larga carta dirigida a [Félix] Dzerzhinsky [jefe de la Cheka], un vasto plan de «expulsión al extranjero de los escritores y de los profesores que ayudan a la contrarrevolución». «[Hay que] reunir una comisión especial. Obligar a los miembros del Buró político a consagrar de dos a tres horas por semana a examinar un cierto número de libros y de revistas. (…) Reunir informaciones sistemáticas sobre el pasado político, los trabajos y la actividad literaria de los profesores y de los escritores». (…) Los primeros en ser expulsados, en junio de 1923, fueron los dos principales dirigentes del antiguo comité social de lucha contra el hambre, Serguei Prokopovich y Yekateina Kuskova. Un primer grupo de 160 intelectuales de renombre, filósofos, escritores, historiadores y profesores de universidad (…) fue expulsado por barco en septiembre. Entre ellos figuraban (…) algunos nombres que ya habían adquirido o debían adquirir una fama internacional: Nikolay Berdiayev, Serguei Bulgakov, Semion Frank, Nikolay Losski, Lev Karsavin, Fedor Stepun, Serguei Trubetskoy (…) Todos tuvieron que firmar un documento [que estipulaba que] en caso de regreso a la URSS serían inmediatamente fusilados. ¡El expulsado estaba autorizado a llevar un abrigo de invierno y un abrigo de verano, un traje y una muda de ropa interior, dos camisas de día y dos de noche, dos calzoncillos y dos pares de zapatos! Además de estos efectos personales, cada expulsado tenía derecho a llevarse 20 dólares en divisas.

(VVAA, ob. cit., pp. 151-152).

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